domingo, 24 de junio de 2007

No poner cercos al mar...

Esta pequeña frase cargada de contenido trata de mostrarnos lo tonto e incoherente que puede ser tratar de cercar el mar, el mar es algo tan grande, con tanta fuerza y riqueza que cercarlo sería una actividad propia de un demente.
La idea de expresar esta imagen es la de compararla con un tema que ha estado en el “tintero” del pensamiento humano desde hace mucho y es, a saber: “la verdad”; ¿Qué es la verdad? Es una pregunta que se ha hecho mucha gente, y que ha dejado de hacerse mucha gente, también, por temor a complicarse la vida o por simple desaliento de no encontrarla, o por la decepción de no poder dominarla.
La verdad, la verdad es un afirmación del pensamiento humano sobre la adaptación de un ente “mental” con un ente “real”; si estos dos entes coinciden en nuestra mente afirmamos que tal “ente mental” es verdadero porque corresponde con el “ente real”; cuando estos entes no “coinciden” afirmamos que existe un error en el pensamiento, o que carecemos de datos de la realidad para poder conformar nuestro pensamiento. Podríamos, entonces, concluir que la adecuación del entendimiento a la realidad de las cosas es lo que conforma la verdad. Por lo tanto el entendimiento debe estar en una “conquista” continua por encontrar la verdad y vivir conforme a esa verdad, ya que por naturaleza el “engaño” es odiado y detestado por el hombre.
Sin embargo la realidad posee una gran riqueza y no es fácil comprender toda la carga de “realidad” que se encierra en cada cosa que vemos, o que talvez no vemos –aunque sabemos que existe-. Los clásicos afirmaban que el hombre al enfrentarse con la realidad conocen su esencia última y eso es lo que conforma un concepto en la cabeza del hombre. Sin embargo existen muchos accidentes en las cosas que son dignos de profundización continua e inagotable. La realidad es tan rica que no podemos abarcarla completamente en nuestro pensamiento, es necesario ir conquistándola paulatinamente, con paciencia, con pasión, porque en la medida en que profundicemos en la realidad en esa medida podremos conformar nuestra vida a la “verdad” y obviamente alcanzaremos la perfección y realización tan deseada por el corazón humano…alcanzaremos la felicidad, que no es otra cosa que vivir conforme a la realidad de las cosas.
No poner cercos al mar, no pretendamos abarcar con nuestra mente toda la realidad, nuestra mente es limitada, nuestra vida es limitada, por lo tanto debemos aceptar esa limitación (que no es pequeña pero tampoco anula nuestra capacidad) y dedicarnos a la conquista, pero sin poner jamás cercos al mar, cercos que impedirían la profundización, la búsqueda y la conquista…cercos que nos hacen cerrados de mente, hay que romper los cercos “open mind” y buscar la verdad, convertirnos en buscadores de verdad “true searchers”.

Iván Cisneros

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